jueves, 5 de agosto de 2010

Déjame vivir

Por Rosa María Hernández Landeros

Se desgarra mi alma
me abrazo a mis huesos
y grito de dolor,
este dolor penetrante
que se adhiere
a mi pensamiento
que entra a mi pecho
y hace añicos mi interior,
dolor lacerante,
lo aprieto en mi puño
pero quema mi carne,
déjame dolor,
déjame vivir
ya no tengo lágrimas
secas están
las cuencas de mis ojos
cadavéricas y tristes,
ya no sé llorar
mis lamentos recorren
el espacio a mi alrededor,
ya no puedo llorar
mis manos enjugan
mi invisible llanto
mis manos me aprietan
y me hacen temblar.

No hay comentarios: