viernes, 20 de agosto de 2010

La buena vida

Por Norma Pérez Arcos

Recientemente tuve la necesidad de llevar al médico a mi hijo y al día siguiente a mi mascota. Mi hijo fue atendido después de esperar aproximadamente 4 horas, la atención que recibió fue de escasos 10 minutos y el médico jamás se dirigió por su nombre. Mi mascota recibió un trato diametralmente opuesto, primero el médico veterinario zootecnista entabló confianza con ella, hizo muchas preguntas sobre su estado en los últimos días, estuvo en observación y por la noche llamó para preguntar cómo seguía. Sinceramente, en caso de que yo me enfermara, me gustaría recibir el trato que recibió mi perro.

2 comentarios:

duenda_descalza dijo...

PUES CLARO!!! ASI QUIEN NO, PERO ES QUE HAY PROFESIONALES QUE SON UNA LUCURA.

-ReD- dijo...

que desencanto... Pero es verdad, lamentable la situacion. Ojala hubiera mas medicos como ese veterinario.