Román Ahuí, tu discreción dolorosa me zarandea en ocasiones eso que no se si es espíritu, lógica o sin razón. Saludos.Respetuosamente: Bolillo
Corazón abismadosin la contraseñala sangre me tropiezaY va quedandocomo un charcosin llevar sin traerComo cruda ebulliciónsube mi penaNecesito adueñarmedel enjambre embebido Lo sé."Alrededdor del Muelle"Sandra lis GómezGrafonauta. Córdoba Argentina.1992
ideologias emocionales acompañan siempre el mistico dolor de los hombres.saludos!
se me ocurre algo; los hombres en su orgullo crearon a dioS a su imagen y semejanza.... NIETZSCHE.....retorcido el cuello que no sabe decir;no al dolor....
Luis: Mi bolillo, mientras la zarandiza agite las neuronas y las desparpaje para el bien de la humanidad jaja Sandra: Tú solo nos das probaditas por aquí y por allá de tu poesía. ¿No tienes nada en la red? I.T.: Me di una vuelta por tu blog y la musiquita esa de fondo acompaña muy bien tus letras.Vito: Por eso los dioses de los hombres son los propios hombres y los que éstos nos venden desde su mercado de chatarra.
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5 comentarios:
Román Ahuí, tu discreción dolorosa me zarandea en ocasiones eso que no se si es espíritu, lógica o sin razón. Saludos.
Respetuosamente: Bolillo
Corazón abismado
sin la contraseña
la sangre me tropieza
Y va quedando
como un charco
sin llevar
sin traer
Como cruda ebullición
sube
mi pena
Necesito adueñarme
del enjambre
embebido
Lo sé.
"Alrededdor del Muelle"
Sandra lis Gómez
Grafonauta. Córdoba Argentina.1992
ideologias emocionales acompañan siempre el mistico dolor de los hombres.
saludos!
se me ocurre algo; los hombres en su orgullo crearon a dioS a su imagen y semejanza.... NIETZSCHE.....
retorcido el cuello que no sabe decir;no al dolor....
Luis: Mi bolillo, mientras la zarandiza agite las neuronas y las desparpaje para el bien de la humanidad jaja
Sandra: Tú solo nos das probaditas por aquí y por allá de tu poesía. ¿No tienes nada en la red?
I.T.: Me di una vuelta por tu blog y la musiquita esa de fondo acompaña muy bien tus letras.
Vito: Por eso los dioses de los hombres son los propios hombres y los que éstos nos venden desde su mercado de chatarra.
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